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F1 German Grand Prix 1957

El Gran Premio de Alemania en 1957, la carrera de un campeón.

Juan Manuel Fangio ganó su quinto y último título en la Fórmula Uno en el Nurburgring, un circuito de más de 22 km de longitud con crestas escondidas, curvas peraltadas, depresiones, curvas de alta velocidad, y una larguísima recta, en medio de las espectaculares pero implacables montañas Ardenas. Lugar que siempre separó los hombres de los niños, y en 1957, sacó lo mejor de un campeón.

Juan Manuel Fangio ganando el Gran Premio de Alemania en 1957.

Fangio, manejando el irónico Maserati 250F, tenía regia competencia de las Lancia-Ferrari de Mike Hawthorne y Peter Collins. Y aunque logró colocar su auto en Pole, sabía que las Pirelli que montaba su Maserati se gastaban mucho más rápido las Engelberts en las Lancia-Ferrari. Para optar a la victoria se decidieron por una estrategia de una parada contra ninguna de las Ferrari, para cargar menos combustible e incrementar la velocidad. Inicialmente el plan funcionó y Fangio logró una ventaja considerable sobre las Ferrari. Pero una parada desastrosa a pits le vio no solo perder el liderato, sino regresar a la carrera 45 segundos detrás, y con solo 10 vueltas para el final, todo apuntaba a que Fangio perdería la carrera.

Después de una vuelta para calentar lo neumáticos, la diferencia era ahora de 52 segundos y solo nueve vueltas para el final, y Fangio solo pudo recortar seis segundos en las tres vueltas siguientes a su para en pits. Con solo 7 vueltas para terminar, Fangio necesitaba recortar al menos 6 segundos por vuelta. Pero en ese bellísimo día de Agosto, en esa gloriosa pista en medio de las montañas, Fangio desató sus impresionantes habilidades al volante, y en las siguientes vueltas rompió el récord de pista una y otra vez.

En la vuelta 20 de 22, iba unos increíbles 8 segundos más rápidos que su tiempo de clasificación, y justo atrás de las Ferrari. Contra todos los pronósticos, lo había logrado. Pasó a los ingleses, quienes sabían era  en vano resistirse. Sabían que ‘El Maestro” era imparable ese día. Y siendo los caballeros que eran, Hawthorne y Collins estaban encantados con la carrera del argentino y compartieron su alegría por la victoria. A sus 46 años, Juan Manuel Fangio ganaba el Gran Premio de Alemania.

Una inspección posterior a la 250F por el ingeniero Giulio Alfieri reveló que la suspensión delantera estaba completamente bloqueada, lo que mostró la suprema habilidad de competir y empujar más allá de los límites de cualquier máquina como nadie más.

Fangio es reconocido por muchos como el mejor piloto que ha vivido, y era justo que la mejor victoria del más grande campeón fuese en la mejor pista del mundo, el Nurburgring. Nunca ha habido una mejor manejada en la F1 para igualar esta hazaña, y probablemente nunca la haya. Fue automovilismo en su máxima expresión.